Víctor Campio Pereira
é o que escribe o epílogo do libro citado "En las orillas
del Xares" de Esteban Enríquez Fernández.
Fotografía de Secundino Lorenzo. Río Xares.
" ¡El Xares! Río
truchero, de perfil quebrado, que bajaba de los neveros de A
Ponte, muy cerca de Peña Trevinca, a trote y con prisa,
entre roquedales, sobre arena fina y cantos rodados, para
perderse en las entrañas del Bibei, del Sil, del Miño, del
mar...
Y un poeta para cantarlo."
Victor Campio visto por
Marcos de Abeleda no ano 1983.
EPÍLOGO
(Texto sacado del libro En
las orillas del Xares de Esteban Enríquez Fernández)
Y ahora cierro el libro. Pero un insistente
rumor de intimidades sigue mariposeando en mis jardines interiores.
Son las mariposas del recuerdo, esas avecillas chispeantes surgidas
al hilo de la lectura reposada. Vienen a buscarme desde el pasado
lejano, golpeando mis sienes.
Cierro también los ojos para concentrarme.
Y renazco en los años cincuenta, fecha de mi primer itinerario por
los caminos valdeorreses, al abrigo del Sil y de las cadenas
montañosas que separan Galicia de Castilla. Por allí y en aquellas
fechas conocí al poeta bolés, cantor del río Xares y
de sus riberas. Con el subí una mañana de mayo, por Petín y Mones, a
las tierras paleozoicas de Santa Olalla que más tarde inmortalizaría
en el celuloide el cineasta Chano Piñeiro.
Y llegamos a
San Martiño do Bolo,
aldea nativa del poeta, cuna de sus ancestros y fuente sagrada de su
inspiración. La primavera estallaba sobre sus campos. A la
entrada del pueblo, salieron a recibirnos sus más alegres moradores:
el mirlo canoro, de negro plumaje; la graciosa abubilla, con su
penacho de plumas; la bullidora oropéndola, que mece su nido al
viento desde el columpio del ramaje; el cuclillo perezoso y cantor,
que armoniza en nido ajeno la rutina del tiempo en la espesura de la
fraga...
Los poetas suelen ser generosos.
Regalan lo mejor que tienen -su poesía- y nos hacen partícipes de
sus emociones. Esteban Enríquez me regaló aquel día su palabra
poética. Su voz era un encendido canto al paisaje y a sus gentes, el
preludio en cierne del libro en sazón que ahora acabo de leer y que
obró en mí el acicate para el recuerdo.
Juntos recorrimos aquel día las corredoiras
aldeanas de O Bolo y A Veiga. Trepamos
los vericuetos del monte y descendimos a los valles profundos. En A Alberguería contemplamos atónitos, entre el asombro y
la impotencia, las viejas casas deshabitadas, apiñadas en torno a la
iglesia, esperando la hora decisiva de su inmolación, en aras del
progreso. Muy pronto dormirán bajo las aguas.
Al santuario de Prada, llegamos en romería.
Admiramos su esbelta torre y le rezamos al Cristo de la ascensión.
También, en otro delicioso rincón, nos extasiamos ante las ruinas
del Balneario y la Herrería y nos entusiasmamos con la hermosura del
puente, ahora desaparecido, que unía las dos orillas del Xares.
¡Y el Xares! Río empinado y truchero.
Bajaba de los neveros de A Ponte a trote y con prisa.
Las truchas del Xares eran manjar
codiciado. No tenían el tufillo a fango de las truchas de otros
ríos, porque el Xares bajaba limpio, despeñándose entre rocas, sobre
arena fina y cantos rodados.
Comimos al aire libre, ritualmente,
extendiendo el blanco mantel de lienzo sobre el verde mantel del
soto. Allí, a la sombra de los castaños, comulgamos con telúrica
unción los frutos de la tierra y del río: cereales de la cuenca del Bibei, truchas, anguilas y barbos del Xares, tinto o blanco de las
riberas vitícolas y el famoso requesón vianés. Arriba, en las copas
de los árboles, nos acompañaba la algarabía de una orquesta
pajarera, desde el mirlo al ruiseñor, desde el malvís a la tórtola.
Me consta que Alfonsina, la
adolescente que murió de amor, existió. Con otro nombre, pero
existió. En el año 37, en pleno furor campal de odio feroz, ella
protagonizó el drama de su amor, en versión definitiva. Como la
historia de la Storni argentina. Como la fabulación de la veronesa
Julieta o de la babilónica Tisbe. Conjugando realidad y leyenda.
También como ellas, esta hija de la tragedia y del amor tuvo su
canto fiel y su recuerdo perdurable en la memoria colectiva de los
pueblos que integran la vieja comarca bolesa.
Las chispeantes avecillas del
recuerdo siguen galopando mis sienes, devolviéndome a aquel lejano
pasado. El libro, ahora, reposa cerrado sobre mi mesa. Algún día
saldré con él hacia las tierras de O Bolo para releerlo a la sombra
de los alisos en flor que jalonan el recorrido del Xares. ¡El Xares!
Río truchero, de perfil quebrado, que bajaba de los neveros de A
Ponte, muy cerca de Peña Trevinca, a trote y con prisa, entre
roquedales, sobre arena fina y cantos rodados, para perderse en las
entrañas del Bibei, del Sil, del Miño, del mar...
Y un poeta para cantarlo.
Victor Campio Pereira.
Nota:
El lector
interesado con todo lo anterior debe leer el libro "En las orillas
del Xares" de Esteban Enríquez que repito es una auténtica
maravilla. Para el que no lo tenga a mano , pero dió una lectura a
todo lo anterior, sobre todo al epílogo de Victor Campio es posible
que no entienda cuando Víctor se refiere a Alfonsina. Efectivamente
para aclarar este punto les diré que Alfonsina es un soneto
maravilloso del libro que voy a reproducir. Es un soneto que el
autor dedica A Alfonsina que murió de amor una mañana de primavera
en las azules aguas del Xares.
ALFONSINA
(Soneto
para Alfonsina que murió de amor, una mañana de
primavera en las azules aguas del Xares).
Victor Campio
morreu o 24 de xullo de 2018. D.E.P.
Nace en Garabás, Maside (Ourense),
o 15 de xullo de 1928.
Estudou
no Seminario e na Escola Normal do Maxisterio de Ourense,
exercendo de Mestre en Galicia, Castela e Levante. Na súa etapa
de estudios en Ourense coñece a Xosé Conde, Antón
Tobar, Pura Vázquez e Faustino Rey, todos ó redor da
revista Posío. Fixo o servicio militar en Tetuán onde coñece a Rafael Sánchez Ferlosio, experiencia da que ao cabo
dos anos saldría a súa novela Baixo o sol do Magreb (1998).
Á volta do servicio militar participa nunha tertulia no
restaurante Zarampallo en Ourense con Xosé Fernández
Ferreiro, Manuel de Dios, Alfonso Pazos, Serafín Gómez Pato,
Xosé Corral Díaz e Antón Tovar, con eles crea a revista Xente nova.
Licenciouse
en Filoloxía Hispánica pola Universidade Complutense de Madrid,
pasando a formar parte do INEMAD (Instituto Nacional de
Enseñanza Media a Distancia). Fundou as revistas “Aula I” e
“Tagore”, con fins educativos e colaborou, durante cinco anos,
nos suplementos pedagógicos da revista “Escuela Española”.
Traballou posteriormente no I.E.S. As Lagoas de Ourense ata a
súa xubilación.
Iniciouse en poesía publicando
en “Mirador Galaico” e “Posío", e "Arte e letras” de Ourense. Textos
seus apareceron tamén en “Alcazaba” de Tetuán, “Trebo” de Ourense, “Dorna” de Santiago,
“Cadernos do Támega” de Portugal,
“Zorgai” de Bilbao, etc…
"O ar que nos leva"
foi publicado en 1987, edición de autor.
É autor dos poemarios O ar
que nos leva(1987, edición de autor), Perdida luz (2000,
Follas Novas) e
O aire,
a luz e o canto. Poesía reunida 1987-2006(2008, Pen
Clube de Galicia) e ten
participado noutros libros colectivos: Sete poetas ourensáns
(1992), Poesía dos aléns(1993) e Poetas e Narradores nas súas voces. II (2006,
Consello de Cultura Galega).
"Perdida luz", libro de poesía. Publicada no
ano 2000, Follas Novas.
"O aire, a luz e o canto", libro de poesías. Foi
publicado no 2008, por Pen Clube de Galicia.
"Escritos en do menor", textos en prosa que
publicou no 2000, Follas Novas.
En prosa publicou a
novela Baixo o sol do Magreb (1999, Deputación de
Ourense) e a colección de artigos Escritos en do menor(2000,
Follas Novas). Encargouse da
adaptación de A gaivota do solpor (teatro noh
xaponés) de Junji Kinoshira e de Hércules e maila corte de
Auxías, de Friedrich Dürrenmatt, entre outras pezas
dramáticas que foron representadas polo grupo “Rúa Viva” de
Ourense.
"Baixo o sol do Magreb", publicado en 1999,
Deputación de Ourense. A súa
única novela.
Conseguiu os seguintes
premios: “Biblioteca Endesa” (A Coruña, 1977), “Festas da
Peregrina” (Pontevedra, 1977), “Festas da Luz” (A Rúa, Ourense,
1980), “O Nadal” (Begonte, Lugo, 1992), e “Modesto R.
Figueiredo” de narrativa (santiago, 1988).
Colaborou no xornal “La
Región” e noutras publicacións Iberoamericanas como “Noti-Tarde”, “El Espectador” de Valencia (Venezuela), “La Ciudad de
Avellaneda” de Buenos Aires, e “Galicia”, tamén da cidade
porteña.
O 15/01/2011 ingresa na Real
Academia Galega como académico correspondente.
"Quince sonetos de amor e once máis",
ano 2011, Deputación de Ourense/Xunta de Galicia
O 23/04/2011,
Deputación de Ourense/Xunta de Galicia, publica o libro Quince sonetos de amor e once
poemas máis. Antoloxía, con edición e limiar de Xesús Alonso
montero.
Consigue, ademais, os
seguintes premios: Fillo predilecto do Concello de Maside (2010),
premio para Víctor Campio moi importante,
e o Premio Sete Carballas da Insua dos Poetas no 2012.
-----------------o---------------
Notas para saber un pouco máis de Víctor Campio
Pereira:
1.- A presentación do libro "O ar, a luz e o vento".
Invitación que recibín persoalmente para a presentación do libro
"O ar, a luz e o canto"
Na
fotografía, feita, polo autor da web, o día 28 de novembro do
2008, día da presentación do libro "O
aire, a luz e o canto", con Víctor Campio,
están Luis González Tosar, Xesús Alonso Montero,
Manuel Outeiriño e o representante de Caixa Nova, Amadeo Rodríguez.
Autor:
Víctor Campio Pereira.
Título:
O Aire, a luz
e o vento. Poesía reunida 1987-2006
Realmente é un libro que
recolle as súas poesías , nese período 1987-2006, unha marabilla de
libro que recomendo. Un libro básico.
Queda agora recoller moitas
poesías feitas por Víctor Campio Pereira e non
publicadas en libros seus.
2.- Homenaxe no Ateneo de Ourense no ano 2017;
este video que se fixo para ese evento merece a pena velo,
está feito con moito gusto e ten unhas fotografías marabillosas da
súa vida:
3.-
Entrevista a
Víctor Campio Pereira, que permite coñecer máis a súa figura
singular:
4.- Recital de
poesía de Víctor Campio Pereira, no Liceo 23/10/2010, en Tempo de Lecer:
O libro O Aire, a
luz e o canto é unha auténtica xoia poética, unha
auténtica marabilla. O típico libro, idea que expuxo Xesús
Alonso Montero na súa presentación do libro, para ter por riba
da mesilla de noite ou na mesa de despacho e de cando en vez
abrilo en calquera folla e ler o poema correspondente, a
modo, despacio, captando a musicalidade, o sentimento, a amizade
que está en todas e cada unha dás follas, a súa tenrura, o amor,
e moitas, moitas cousas...
"...Os versos de
O
aire,a luz e o canto ofrecen un exilio digno no acougo
do amor, na matriz dunha gabia con lentura..." dice nun
limiar tamén fermoso do libro, Manuel Outeiriño.
Do comentario que fai
Xesús Alonso Montero no epílogo do libro " O aire, a luz e o
canto", e referido a Víctor Campio, quédome co seu remate:
"...A poesía do
mundo é, desde hoxe, máis rica, máis humana, máis nobre, máis
cordial, máis grande. E a lingua galega, moito máis
prodixiosa..."
Poño como mostra
catro poemas, entre moitos
sensacionais (ata 110 poemas trae o libro); o primeiro, da páxina 71, está dedicado
a súa nai ¡qué marabilla!:
E o carto
exemplo é otra auténtica xoia, seguramente o seu poema
máis famoso; un soneto con moito significado, e que Víctor
Campio escribe xa maduro e cando a Luz (a súa muller) está
xa perdida, por suposto non no seu corazón...:
Un artígo publicado non fai
moito, 26/07/2008, polo diario la Voz de Galicia e no que Víctor
Campio emite opinións sobre a súa vida en Ourense ciudade e a
poesía, entre outras cousas...